Tradicionalmente los meses de septiembre y octubre son los mejores para la pesca de este espárido, ya que se alimenta con voracidad antes de marcharse a aguas mas profundas. Además su carne tiene la grasa que le ha proporcionado la estancia en nuestra rica bahía.
Desgraciadamente sacar algún ejemplar como el de la foto va siendo una tarea complicada ya que aparte de que llegan pocas hasta el interior de la bahía después de sortear trasmallos y palangres, las pocas que llegan son de menor tamaño.
Ésta cayó en tartera y como podéis ver hubo que recortarla para que entrara en el horno.
¡Bon apetit!
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