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domingo, 19 de abril de 2015

110º

Enorme marea de 110º y bajamar sobre las 9 y media. De vaciante,
pescando con muergo desmorguillado, llegó algo de pescado terciado (algunos sargos y roncadores). Con la bajamar aprovechamos para desembarcar en Las Cabezuelas y recoger algunos muergos y sobre todo para disfrutar del espectáculo que la naturaleza nos ofrece: Enormes extensiones de arena que emergen del agua formando grandes lenguas que se pierden a la vista. Aproveché y grabé un  pequeño vídeo para inmortalizar la escena.
  Ya de vuelta en la bahía, el ruame dijo:¡Aquí estoy yo!Los muergos desaparecían así que opté por encarnarlos con cáscara. Pero a los pocos minutos de lanzar los aparejos y recogerlos sólo aparecían las gomillas (bueno..la lycra). De vez en cuando se enganchaba alguna zapatillita pequeña que lógicamente eran devueltas, de zapatillas chiquititas pude sacar más de una docena. A las 13:00 me quedé sin muergos y sin paciencia para seguir alimentando el ruame.....y vuelta a casa

viernes, 17 de abril de 2015

¡¡¡¡Amarrad a los gatos!!!!

Salida matutina, aprovechando el día libre por ser la feria de Vejer. Marea viva de 104º con la bajamar sobre las 9 de la mañana (en este caso) Clareando el día saqué algunas bailas y mojarras junto al Puente de Carranza, luego me dirigí al bajo de las Cabezuelas, ya que allí no corre tanto el agua como en el interior de la Bahía. En aquella zona sólo salieron algunos roncadores y un par de chuchos que fueron devueltos  a su medio.

 No sé si se observa en la foto pero los dos tramos del puente nuevo no encajan. Supongo que será normal y luego lo ajusten.
Ya de vuelta  pegué los últimos lances en las inmediaciones de El Puro donde me llegaron un par de zapatillas aunque no demasiado grandes. Sobre las 12 y media el agua empezó a correr con mucha fuerza y a entrar basura, así que hubo que dejarlo. 
 Señalar que los muergos (esta fue la carnada utilizada) desaparecían nada más encarnar los anzuelos, por causa del roame. Así que para la próxima ocasión habrá que decidirse por los cangrejitos o por el muergo engomillado.
 En resumen jornada distraída, aunque sin ninguna pieza grande.